martes, 26 de abril de 2011

Pupilas y niebla.



Somos una pérdida, ocultos entre las tinieblas, escalando cerros sin necesidad de ser vistos, somos caminantes, caminantes sin camino, sin destino, sin nada que pisar. Sometemos nuestra razón, la pisoteamos y nos alimentamos de las pasiones, escuchamos a los temores y les vomitamos encima, vómito de dolor.

 Estamos en la quiebra, no parecemos tener control ¡Juventud, estúpido tesoro! Eres tan instantáneo, tan poco duradero, que te marchas de los dedos y uno ni cuenta se da, ni nada, sólo se te deja ir, te desvaneces, no permaneces nunca, sólo arropas por un tiempo que se marcha tan velozmente como pájaro que emprende el vuelo ¡Te nos vas!

 Nuestro cuerpo y mente, no están en sincronía, no somos como ellos, aunque lo seremos mientras nuestros huesos se debiliten, al igual que él corazón, tenemos ganas de tanto, ganas de más, ganas de todo y a la vez de nada, perdemos fuerza, perdemos amor, perdemos el aire y aquí seguimos, entregándonos, poniéndonos en las manos de cualquiera, dejándonos manipular a su antojo, dejándonos envolver.

Somos algo efímero, asì de veloz llega el poder, asì, tan sutilmente y nos hace sentir llenos y abastecidos de ganas, asì como llega todo eso, de igual manera se va, ideas revolotean nuestra mente, pero como mariposas pasajeras mueren. ¿Qué somos? Un montón de seres en la búsqueda incansable, somos insaciables, somos pasionales, estamos llenos de furia y llenos de terror. Todo en nosotros es fugaz, pero el momento nos parece eterno, ¡Que belleza! ¡Que tontería! ¡Cuantas ganas de dar!

¡Somos! ¡Algo, lo que sea, pero algo somos! No, máquinas no, al menos no por ahora, pues nuestros impulsos nos llevan más allá del incendio de cabezas, del apagón existencial de los cuerpos suspendidos en líquido enajenado, no somos fetos en conservación. Montamos nuestros rostros pálidos y nos alejamos de la monotonía, aunque caemos en la locura, en la desesperanza, pero cambiamos, lo hacemos todo el tiempo, no somos iguales y nunca lo seremos, aunque si la muerte no nos alcanza sólo como engranes estaremos.

Que especial, yo amo esas miradas inquietas, esas ganas de más, con nuestros jóvenes ojos observamos auroras, profundidades, arrecifes celestiales en mundos de sueños, en mundos de ilusión y aunque vemos la coraza traspasamos hasta llegar a lo interior. Porque nuestras córneas no están hechas sólo para mirar lo externo, están para perforar cuerpos y encontrar esencias ¡Que hermoso! ¡Que tormento! Ahora entiendo porque tantos terminan veinte metros bajo el suelo.

Desafiamos al mundo y a sus límites, nos dicen imprudentes, nos gritan que adolecemos de todo, que nada tenemos, que nada se nos puede confiar, ¡Y qué! Ya en nadie se puede poner una pizca de confianza, que engaño tan triste, que envoltura tan siniestra captura nuestras mentes.

Somos cautivos, intentamos escaparnos de las reglas, escaparnos de sus señalamientos, de sus intenciones oscuras, de sus pretensiones, quieren hacernos cuerpos en reposo y lo logran, siempre lo logran porque no somos eternos, somos absorbidos, nos perdemos y nunca nos volvemos a encontrar.

Que demencia la que nos ataca, que carga tan pesada la que se coloca sobre nuestras inquietas espaldas ¿Cómo esperan que soportemos? ¿Cómo esperan que intentemos jugar al baile de máscaras y bailar con ustedes? No es que ustedes esperen eso, es que asì es, a menos que nuestros cuerpos se posen en secreto y junto a la muerte se dejen caer, seguiremos desvaneciendonos una y otra vez, apareciendo de nuevo en otros cuerpos, pero perdiéndonos para encontrarnos en máquinas de papel.

Nuestros excesos seguirán, nuestros vicios, nuestros miedos, nuestro pasado, pero eso que nos hacía ver el entorno con desprecio, con odio y a la vez con tanto amor, con ganas de cambiarlo, con la necesidad de hacerlo nuestro, desaparece ¡Juventud, divino tesoro! Que rápido te vas, que rápido nos dejas, qué triste es verte caminar entre llamas y piedras, en ese bosque de árboles negros  y jamás volverte a tocar.







lunes, 18 de abril de 2011

Mala fe


Mi mandíbula está rota, tengo que admitir que me dio miedo ser alimento de lobos y presa fácil de bestias. Pero valió la pena pues escapé, con pisadas ligeras, sigilosa como una nena, me escabullí entre raíces de árboles mal cortados, muertos y enterrados sin ningún interés, me quité la tierra del cuerpo, obtuve venganza, la obtuve y me supo igual que la miel.

Intento hablar, pero ya que no puedo, logro escuchar, mis sentidos se multiplican por cien, todo toco, todo siento, todo veo, todo soy, absorbo las lágrimas que caen de cualquiera, dentro de todos estoy. Mis ojos inhumanos, con pupila de túnel, soy una lunática que navega entre cabezas ajenas, esperando obtener lo mejor.

No necesito una boca ¡Jamás la necesitaré! Para eso tengo mis manos, ellas son mi forma de ver y de expresar, ellas ponen en papel lo que quiero comunicar, estoy poniendo ahora sobre esto cosas sin la menor intención, el subconsciente me maneja, subconsciente soy. Pero en fin, les decía que estoy en todo, porque creo que nada soy.

Estos labios que no se moverán, sólo atraen a los cazadores, soy una jugadora letal, ni siquiera muevo mis dedos, ni siquiera pestañeo y los logro atrapar, ustedes se convierten en presas y yo me regocijo en su ingenuidad. Mastico sus deseos y los escupo porque quiero, no soy un objeto, no soy un pedazo de carne, soy más que eso, lo puedo demostrar.

Pero no quiero, nunca querré, porque me encanta esta vida de entre muertos caminar y ver, tengo un espíritu que acorrala, que asfixia, que ataca. Nací y crecí con la necesidad de manchar sábanas blancas, de escupir costales, es decir, cuerpos, nací con la sangre fría y el corazón añejo.

Fui presa, me convertí en esclava y rompí las cadenas que me mantuvieron atada a ajenas extrañezas, pero me despojé y me hice más fría y más llena de tristeza. Quise repartir el dolor que dentro de mi bullía con toda la energía que en mi era tierna, contemplé su mundo, lo comprendí y utilicé sus debilidades para saciar el hambre que en mi  cada día se presenta.

¿Mi nombre? No tengo uno, asì que llámenme como quieran, estoy acostumbrada a adjetivos que jamás me inquietan, creen ofenderme, creen poder cambiarme, creen poder someter lo que en mi cabeza cabe. Y aunque parece que lo hacen no pueden, porque los conozco, a cada uno de ustedes y aunque creen saber ganar en este juego nunca lo saben.

Me revuelco en su miedo, me revuelco en su llanto fingido, en sus sonrisas hipócritas, en sus palabras de consuelo y en su bienestar enmascarado. Estoy en los límites que teme todo ser humano, parece que estoy muerta pero más muerta que ustedes jamás, sólo busco una meta o no busco nada, pero disfruto tanto el camino que para mi el destino pierde todo sentido.

Ahora recuerdo mi nombre, mi nombre es Eti, no tengo significado, no creo tener alma, sólo tengo una pasión, la pasión que me da el desprender deseos, arrancárselos a la tierra y ponerlos en carbón, para prenderles fuego y con el humo hacerme una nube con muy poco color.

Justo ahora me siento más viva que nunca...
Tienen razón todos ustedes; yo y sólo yo merezco lo peor.

martes, 12 de abril de 2011

Las cascadas de Saturno.


Saturno viene y a la Luna acecha...

Introduzco mi mirada en esa niebla perdida,
mis pequeñas uñas rasgan la cortina,
para poder ver la Luna que está tan consentida,
sentir un rayo de luz, que no calienta pero ilumina.

Querida nostalgia, tráeme todo de vuelta,
esos retazos de vestido de mis momentos inquietos,
esas lágrimas dulces de olas y vientos,
devuélveme lo que perdí, hazme sentir de amor llena.

Oh, querida noche, que descubres mis miedos,
que en cada obscuridad, desintegras el fuego,
me desarmas y me dejas tan frágil como una pluma,
me despojas de cadenas, me llevas como la espuma.

A través de la ventana de madera veo mi casa pequeña,
observo mi cama y ya no la siento como nuestra,
noche querida, en esa cama ya no duermo,
por que no tiene caso  pues siempre despierto.

Miro hacia el cielo y unos ojos en mi se fijan,
es él, querida Luna, es su recuerdo que en mi palpita,
él era mi principio feliz, mi final inconcluso,
él hacía que tù querida, fueras lo mejor incluso.

Ay, Lunita querida,  pon de nuevo tu reflejo en la laguna,
quisiera colgarme de ti, dejar de sentirme en duda,
pensar que si él me ve en lo alto, volverá a mis brazos,
para colocar sus besos en mis hombros tan opacos.

Asì que sì, si quiero montarme en ti,
que la noche sea nuestra compañera,
que la laguna clandestina me vea partir,
quiero encontrarlo, sea donde sea.

Y un canto me susurrara fuertemente en el oído;
Sonríe pequeña, sonriè y sueña,
pon tus pestañas en el agua,
corre, nada, vuela,
que él volverá,
aunque nadie lo quiera,
el pondrá su cabeza,
sobre tu espalda inquieta,
sostendrá tu mano,
prometerá como humano,
que te amara,
de la mejor manera que sepa...

Y que me cante Luna, quiero que me cante,
que con un cruce de sus pupilas con las mías,
la vida se me vaya tan rápido como contemplar tu risa,
y le daré mi voz, para que me cobije con su vida.

Querida Luna, ya estamos arriba,
él se acerca y sin miedo le sonrío como ninguna,
quiero que me vea, que me sienta y seduzca,
que los astros sean testigos por que estoy segura,
que la aurora traspasará mundos, te iluminará también Luna.

Te dejo querida, que tengo que partir,
me trajiste a donde sólo nosotros podemos existir,
el universo es infinito y en ese infinito nos perderemos,
bienvenida eternidad, hacia ti caminamos con inmortalidad.

¡Hasta luego Luna!
Dejamos de existir en este mundo, para vivir entre galaxias y luceros.
Dejamos de caminar sobre firme suelo, para perdernos en gravedad cero.

martes, 5 de abril de 2011

Sin luz ni luna...





 Todo está permitido.





Pongámonos carbón a esta leña corroída,
que mis muslos sean pedazos de miel,
quiero que el fuego incendie mi pupila,
perder la razón al rozar tu piel,
quiero ser la persona que decida,
si te quedas o te vas, si me creas o me oxidas.

Coloca el manto en la luna retorcida,
para que no nos vea entre sábanas perdidas,
quiero que tu boca sea la voz de mi partida,
mover mis pestañas al compás de tus rodillas.

Esa pasión que se hace fuego y luego leña,
que es combustible de este amor que no quema,
no quiero que termine haciendo más dura la salida,
pero es que es tan deseable que aunque no quieras lastima,
asì que ven amor, ya no hay que tener miedo,
dejémonos querer, que su mirada importa un bledo.

Pongo esto como una lunática con necesidad de querer,
pero escribo lo que quiero, aunque sea de temer,
muchas veces me canso de esa máscara correcta,
yo no quiero vivir, sintiéndome hoy muerta,
dejemos esto llegar al fin, dejemos esto nacer,
seamos fuego que se enciende aunque tiemble al ceder.

No hay que mitigar los deseos pasionales,
quiero sentirme humana y no tapar mis ideales,
quiero cometer lo imposible, lo ilegal,
me quiero sentir diferente, al sentirte, al amar.

Dejemos que el viento haga máxima esta idea,
que nuestro subconsciente se refleje, que se vea,
ya no lo ocultaremos, y seremos sinceros,
aceptaremos que el control no tenemos, no resistiremos.

Las cenizas que queden servirán para mañana,
para apagar el fuego, y dejar que el inconsciente salga,
por que yo quiero verme controlada,
no seguiré aparentando que de control estoy formada,
me dejaré ir, me entregaré y tal vez no resisitirè,
pero conoceré una vida sin cadenas, te amare.

Por que sè que al caer la noche todo cambia,
no aparentaré que no siento nada,
yo quiero escuchar a la voz que se propaga,
quiero que esta locura haga lo que se le de la gana,
no hay imposibles cuando la luna se apaga,
pues cuando la luna desaparece los fantasmas se desatan.

domingo, 3 de abril de 2011

Etiennette




-----------------------------------------------------------------------
Hay algo que brilla en el fondo del baúl, 
un corazón puro y una pequeña en tul,
un montón de recuerdos, grabados en fotos para ti,
eres un ángel que jamás debió venir.
Si la luna me sonriera, una vez más aquí,
si la vida dejara de dar vueltas yo serìa lo que fui,
siempre frágil, nunca eterna,
siempre con ganas de brincar y seguir aún sin fuerza.

Colocando pedazos de estrellas en lo que soy,
el brillo que hoy tengo desaloja la razón,
mi cabeza se vacía, mi garganta gritos da,
estoy harta de que digan que me pueden ayudar.

Encuentro un espacio vacío en este frágil cuarto azul,
mis alas pequeñas se van junto a la luz,
tanto que cantan ustedes, me causan conmoción,
hay nauseas en mis ideas, no saben nada de mi hoy.

Atacan a mis cartas escritas sin tinta negra,
me atacan a mi, aunque no lo quieran,
sólo quiero que la noche pinte una última silueta,
sólo quiero ser para su luz suficientemente buena.

Entre baúles y mariposas que volaron por aquí,
descubro detrás del espejo algo que hace tiempo perdí,
ya no vuelo, ni sueño, no lo necesito más,
deje de caminar soñando, la vida se me va.

Siguen intentando conocer estos ojos de sonrisa,
pero siento que no podrán, llevan demasiada prisa,
con este último canto les regalo mi voz,
por que mis letras hoy parecen ser todo lo que soy.

No se si me despido hoy de una ilusión,
pienso que al contrario, a la realidad le digo adiós,
en un mundo paralelo encontré mi corazón,
ya todo me es ajeno, la pólvora se acabó.

Que todos se queden con sus ideas de mi,
nunca sabrán lo que debajo de mi piel escondí,
por que tengo el caparazón más difícil de romper
y ya no tengo ganas de con ojos abiertos ver.

Dejé de ahogarme con el aire que mata,
encontré algo que es mejor que respirar sin ganas,
observé la arena y preparé mis plantas,
ya no hay temor, se que puedo caminar descalza.
---
Entregué mi amor, mi cuerpo, mi alma,
le arrebate a mi mente la idea de ser nada,
hice todo lo que en mis manos estaba,
comprometí mi vida, deje de ser humana.



viernes, 1 de abril de 2011

Aurora de un deseo.




¿Por qué?
Por qué pusiste tu mirada fija en mi espalda y rosaste mis labios cuando estábamos sentados en aquél lugar,
dime qué hiciste para hacerme pensar, que con las manos puedo tomar a la luna y jugar con ella como si fuera un globo estelar.

¿Por qué?
Por qué hiciste que me volviera adicta, que le perdiera ese cariño a mis antiguos vicios, que mi único vicio ahora seas tù, que me vuelva dependiente de unos ojos que a veces me dejan de mirar, dime, como es que hiciste que esto que escribo lo haga con completa sinceridad.

¿Por qué?
Por qué yo, por qué no otra, por qué no en otro momento o en otro lugar, cómo decidiste tomarme entre tus brazos, abrazarme y atarme, enjaularme como un pájaro aterrorizado, pero que se enamora de esa jaula y jamás quiere salir, jamás.

¿Por qué?
Por qué hiciste todo eso, eso que hace que yo piense que tù eres lo que quiero, qué logras con todo esto, siempre he querido saber qué quieres de mi, por que yo no se, mi cabeza está repleta de caminos inciertos, mi corazón dejo de ser un músculo y se convirtió en algo menos formal.

¿Por qué?
Por qué colocas tus recuerdos, tu dolor, tus miedos, sobre mi espalda, por qué haces que mis piernas sólo quieran correr hacia donde tu estás, por qué amor, por qué haces que sólo quiera protegerte y ahora sólo quiero amarte más.

¿Por qué?
¿Por qué me amas? Soy la mujer más alejada de la perfección, de la seguridad, soy la persona más lejana de lo que cualquiera prefiere ver, no tengo actitud de ganadora, no tengo ningún poder y no quiero que vengas y me digas que arreglarme quieres, porque no lo sabes hacer.

¿Por qué?
Sólo dime por qué, eso me pregunto de vez en cuando, es que todo esto, demasiado perfecto parece ser, siempre pedí alguien que me cuidara, que me amara, que me hiciera poder creer, siempre fui una niña sin esperanzas hasta que te encontré.

¿Por qué?
Por que incluso con los amargos sabores que a veces haces circular por mi boca, incluso en los malos momentos, incluso con todo lo que me llega a lastimar, pongo en tus manos mi cuerpo y en tu cuerpo me logro quedar, porque tu eres lo que sin querer buscaba y ahora no te quiero dejar.

Porque si, porque quiero, porque no me importa lo que el mundo me grite, nunca lograré escuchar, porque tù y sólo tù, haces que todo se vuelva pequeño y que yo decida y me convierta en lo que siempre fui en realidad.Porque contigo aparece lo peor y lo mejor de mi, porque con tu presencia yo soy lo que quiero y no necesito más.

Porque hoy me doy cuenta que no necesito respuestas y no estoy mal si me dejo llevar, porque si sigo asfixiando lo que siento, si sigo preguntándome si esto es cierto, perderé el momento, perderé la sensación, y dejaré a un lado lo que quiero y eso es como perder la vida y dejarme controlar por lo peor.