miércoles, 20 de julio de 2011

Invierno.



Coloca este cuerpo debajo del agua,
tus dedos helados caminan por mi espalda,
el miedo invade esta habitación aislada,
es la pena de vernos y quedar sin habla.

Te entregué estos tobillos cansados de andar,
puse en ti mi pena y mi más grande inseguridad,
tonta idea de querer darte todo al amar,
pues si te lo daba todo tal vez lo ibas a dejar.

Nunca fui perfecta, lo sabes bien amor,
siempre fui sincera aunque al hablar tenia temor,
siempre este cuerpo en agua nunca en tierra,
siempre quise respirar sin que el aire corriera.

Yo soñadora, tu tan firme sobre el suelo,
yo metamorfosis, tu el único eterno,
yo marea sin agua, tù viento sobre hielo,
yo tu bien amada, tù  mi onírico cielo.

Seguimos en esta cueva sin luz a la deriva,
un par de ciegos que se consuelan con caricias,
yo te amo tanto que daría por ti mi vida,
y tù entregándote a mi como aquél último día.

Tanto que nos damos, tanto que entregamos,
tanto que ponemos en las otras manos,
estamos tan seguros de este sentimiento,
que queremos demostrarlo siempre que podemos.

Pero ahí està, de nuevo ese frío, esa falta de dar,
que cuando llega a todo lo quiere enterrar,
no me pongas a mi en una jaula de nuevo,
si de libertades hablamos, contigo la tengo.

Soy libre en tus manos, cuando me dejas volar,
soy libre en tu cuerpo, en tu calor al amar,
pero si es el invierno el que me quiere atrapar,
no lo dejes mi vida y has al fuego brillar.

Se que fallamos, se que logramos caer,
estrellarnos tanto que todo puede doler,
se que sufres y sabes que yo también,
pero somos mejores juntos, lo sabes mi bien.

No quiero penas ni recámaras heladas,
te quiero a ti compartiendo mi almohada,
te quiero para amarte no para hacerte a un lado,
te quiero completo, te quiero en mis brazos.

Soy mejor cuando te digo que te amo,
eres mejor tù cuando me tienes a un costado,
asì que ven y sujeta esta pequeña mano,
ven que tenemos que mostrarnos algo.

Mostrarnos cariño, tal vez ternura,
mostrar que si nos falta algo tal vez sea cordura,
tal vez estamos locos al amarnos tanto,
pero ese es el precio de habernos encontrado.

...

Déjalo ir, no lo dejes crecer,
él es pasajero y tiene que ceder,
el es frío y crudo, teme desaparecer,
enterrèmoslo juntos, bèsame otra vez.

domingo, 10 de julio de 2011

Buscando alas.



Pequeñas plumas en la ventana, talvez fue un sueño o una pesadilla en el balcón. 


Hay ocasiones en las que despierto y siento que me han azotado cien veces contra el pavimento, ocasiones en las que nada me hace sentir mejor de lo peor que siento, ocasiones en las que el cuarto parece inmenso, ocasiones en las que quisiera sentirme en otro cuerpo.

Esos momentos de completa soledad, esos momentos en lo que ha nadie quiero llamar, momentos en lo que me invade la inseguridad, donde pienso que siempre he sido nada y mi existencia fue un error de la caridad, donde el hastío inunda mi garganta cansada de tanto intentar.

Momentos de terror, de pánico, de completo odio hacia mi misma, hacia lo que veo, hacia lo que soy, hacia lo que creo y hacia donde voy, momentos en los que cualquiera podrìa hacerme un lado por no soportar tanta falta de calor, momentos en los que mi cuerpo me es ajeno, momentos en lo que soy más yo.

Son momentos que dejo, momentos que intento olvidar, momentos que cuando llegan me hacen ver de mi un poco más,  me hacen ver mis fallas y mi dolor, me hacen sentir extraña con el exterior, momentos que si son extremos también tienen algo de cierto en su falta de color.

A veces me siento desagradable, para la gente, para sus ojos que quieren mirar algo bello, a veces digo que quisiera ser como el resto, pero no, la verdad no, en realidad yo no puedo, no soy una muñeca coloreada para que no se vea su esqueleto, no soy una niña que necesita que le digan lo bien que las cosas ha hecho.

Y es que a veces quiero sentir lo que se siente ser asì, sentirme muñeca que en fuego se puede fundir, sentirme titere de comentarios ajenos a mi, sentirme bella por fuera aunque podrida por dentro de tanto exigir.

No, no puedo, no podrè, no quiero, no lo soportarè, esos momentos de completa mediocridad, me hacen pensar que su vida es màs dulce en realidad, pero esa no es mi vida, no es lo que en mi piel yo quiero tatuar, lo que yo soy es màs que eso, màs que un millòn de ganas de aparentar.

En esos momentos que antes mencionè, habìa algo màs debajo, algo debajo de mi piel, podrè sentirme extraña y poco importante a la vez, pero en realidad es todo lo contrario pues sòlo de inseguridad me cobijè, lo que yo tengo es màs que una apariencia, yo no soy mi cuerpo, ese es sòlo una silueta, debajo de eso hay algo que vale mucho màs, algo que aunque es difìcil si se puede amar.

Descubrì que no importa del material del que estes hecha, son sòlo apariencias y con esas todos se quedan, lo que importa es lo que tù eres y lo que tù creas, no lo que ya està hecho y lo que los demàs aprecian.

Que se queden con sus ideas absurdas, con sus miradas inquietas pero pobres, que se traguen sus apariencias y sus palabras "nobles", que se la vivan danzando creyendo que lo que ven lo es todo, que se queden amando lo que brilla pero no es oro.

Yo me quedarè con lo que la mayorìa no ve, con lo que pocos se quedan pero aprecian tambièn, me quedarè con lo que vale, no con lo que pasajero es, me quedarè con lo de siempre, con mis ganas de ave ser.