martes, 12 de abril de 2011

Las cascadas de Saturno.


Saturno viene y a la Luna acecha...

Introduzco mi mirada en esa niebla perdida,
mis pequeñas uñas rasgan la cortina,
para poder ver la Luna que está tan consentida,
sentir un rayo de luz, que no calienta pero ilumina.

Querida nostalgia, tráeme todo de vuelta,
esos retazos de vestido de mis momentos inquietos,
esas lágrimas dulces de olas y vientos,
devuélveme lo que perdí, hazme sentir de amor llena.

Oh, querida noche, que descubres mis miedos,
que en cada obscuridad, desintegras el fuego,
me desarmas y me dejas tan frágil como una pluma,
me despojas de cadenas, me llevas como la espuma.

A través de la ventana de madera veo mi casa pequeña,
observo mi cama y ya no la siento como nuestra,
noche querida, en esa cama ya no duermo,
por que no tiene caso  pues siempre despierto.

Miro hacia el cielo y unos ojos en mi se fijan,
es él, querida Luna, es su recuerdo que en mi palpita,
él era mi principio feliz, mi final inconcluso,
él hacía que tù querida, fueras lo mejor incluso.

Ay, Lunita querida,  pon de nuevo tu reflejo en la laguna,
quisiera colgarme de ti, dejar de sentirme en duda,
pensar que si él me ve en lo alto, volverá a mis brazos,
para colocar sus besos en mis hombros tan opacos.

Asì que sì, si quiero montarme en ti,
que la noche sea nuestra compañera,
que la laguna clandestina me vea partir,
quiero encontrarlo, sea donde sea.

Y un canto me susurrara fuertemente en el oído;
Sonríe pequeña, sonriè y sueña,
pon tus pestañas en el agua,
corre, nada, vuela,
que él volverá,
aunque nadie lo quiera,
el pondrá su cabeza,
sobre tu espalda inquieta,
sostendrá tu mano,
prometerá como humano,
que te amara,
de la mejor manera que sepa...

Y que me cante Luna, quiero que me cante,
que con un cruce de sus pupilas con las mías,
la vida se me vaya tan rápido como contemplar tu risa,
y le daré mi voz, para que me cobije con su vida.

Querida Luna, ya estamos arriba,
él se acerca y sin miedo le sonrío como ninguna,
quiero que me vea, que me sienta y seduzca,
que los astros sean testigos por que estoy segura,
que la aurora traspasará mundos, te iluminará también Luna.

Te dejo querida, que tengo que partir,
me trajiste a donde sólo nosotros podemos existir,
el universo es infinito y en ese infinito nos perderemos,
bienvenida eternidad, hacia ti caminamos con inmortalidad.

¡Hasta luego Luna!
Dejamos de existir en este mundo, para vivir entre galaxias y luceros.
Dejamos de caminar sobre firme suelo, para perdernos en gravedad cero.

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