jueves, 20 de octubre de 2011

Las lunas de octubre.



Algunas lunas nunca vuelven, nunca se ven, nunca se sienten.

Habìa algo en el aire, algo que nadie querìa respirar, 
habìa cenizas en el suelo que seguían ardiendo cerca del mar,
 había un mirada caìda simultanea con un palpitar, 
habìa una mano perdida buscando otra a la cual tomar,
 habìa una mujer sola con tantas ganas de amar, 
habìa tanta confianza en ella que todo lo querìa entregar. 

Pero había un cielo encendido, en fuego que no has de mirar,
 habìa tanto miedo que el viento dejo de soplar, 
habìa en sus ojos un brillo que era particular,
habìa en sus pupilas una droga que a sus venas logro besar,
había en su corazón poco por lo cual luchar,
había en su vista una grieta triste y demencial.

Había en su cabeza un universo estelar,
había en sus ideas una telaraña celestial,
había un mundo lleno pero vacío de claridad,
había en su alma una atadura terrenal,
había en su cuerpo un deseo de escapar,
había en su vida ganas de no vivir más.

Había un pasado que ella prefería ocultar,
había en su cama una guerra infernal,
había en su almohada sueños sin soñar,
había en su cuarto una infancia sin ganar,
había en su piel sólo mera obscuridad,
había un secreto que guardaría en su cantar.

Había ternura escondida en tanto llorar,
había esperanza que morìa cada día más,
había una ilusión que ya no podrá despertar,
había un corazón que se hundió para ya no volar,
había una lucha que se dejo de pelear,
había una "alguien" que se volvió un número más.

Había un cuento que nunca has de contar,
había en las calles algo que no has de escuchar,
había una vez una historia perdida una vez más.
Había un cuento de hadas que no tuvo un buen final....



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