lunes, 10 de enero de 2011

Son palabras de papel.



¿Lo sientes?
Aquèl sabor de los tonos palpitantes en el interior,
las caricias derramadas con café amargo, con dolor,
los suspiros en la noche de quién sòlo encuentra temor.

¿Lo ves?
Las paredes entrecruzadas cuando buscas una salida,
los canales que se tapan con palabras perdidas,
las cadenas que te atrapan a lo lejos y lastiman.

¿Lo oyes?
Su canto al final del túnel, es la luz que nos lastima,
los golpesillos inquietantes de sus dedos en tu rodilla,
la inquietud e inseguridad de su caminar cuando te mira.

¿Lo hueles?
Ese aroma a despedida que se ve con desesperación,
las ganas de decirse de una vez por todas adiós,
gritarle a esas constelaciones que no es cuestión de dos.

¿Lo entiendes?
El significado de palabras que no parecen tener relación,
las miradas que se encuentran provocando algún temblor,
lo tan confuso y simple en esta vez que es hablar de amor.

¿Ellos pueden?
Encontrarnos y entendernos cuando estamos de cabeza,
tomarnos de la mano cuando ya no nos interesa,
levantarnos y mirarnos como si aquella vida siguiera.

Y que importa...
Si esto tiene algún sentido es cuestión de entendimiento,
la verdad es que para hacerlo hay que saber lo que siento,
y eso es lo complicado, es la trama de todos mis cuentos.

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