lunes, 17 de enero de 2011

Carrusel.



Es asì la vida que cuando abres los ojos todo nuevo ves,
caminas, conoces, tocas, escuchas, comienzas a aprender,
lo más simple en el primer momento es tan solo el cielo ver,
lo más tierno y más eterno es una mirada, un atardecer,
no importa si las pisadas son ligeras, se intenta, eso es querer,
querer lograr algo, comenzar sin importar si se va a perder.

Es asì la vida que mientras creces vas perdiendo el placer,
ese tan simple que te daba el jugar con la tierra y ver al cielo caer,
cuando tus ojos estaban limpios y tu corazón no era de papel,
cuando los grandes eran simples extraños y no problemas del ayer,
recuerda esas sonrisas sinceras, las que aparecían jugando a crecer,
a crecer en una casa, de esas que aunque de cartón de amor puro parecían ser.

Es asì la vida que poco a poco la pureza se hace chica sin querer,
tus sonrisas se marchitan, las palabras comienzan a hacerte creer,
que lo que tienes no es un castillo o una montaña, sino piedritas sin poder,
poco a poco tu mirada ya no siempre brilla cuando en las estrellas crees,
a veces en las noches piensas también en porqué siempre soñé,
es entonces cuando crees que tus pies solo sirven para correr.

Es asì la vida que tu garganta se gasta y tu corazón se empieza a descomponer,
y crees que lo que desconoce es aquello que antes te hacia estremecer,
tu sensación no se ha escondido, la dejaste girando en un carrusel,
pues te interesaron otras cosas, otras que ya no te dejan ser,
ser esa persona que se monta en un caballo y en sirena se puede volver,
te transformaste en algo vano, sin ilusiones y sin lunas, algo absurdo puedes ver.

Es asì la vida que por momentos jugar en la lluvia vuelve a ser
lo que produce una sonrisa en tu rostro, el corazón vuelve a ceder,
recuerdas que correr no siempre es bueno, soñar también lo es,
y ya no importa no ser pequeño, lo que importa es feliz ser,
y aunque parezca imposible tanta búsqueda de felicidad al crecer,
en realidad es lo único que hacemos, pero en el camino nos llegamos a perder.

Es asì la vida que aunque tu corras y cuenta no te des,
ella sigue, no se detiene, vuelve y te sonríe, se pierde y te deja tener,
tenerlo todo en un instante y perderlo a la misma vez,
porque esto es tan sencillo, es sólo cuestión de darte cuenta que,
aunque no lo creas, no lo veas, no lo sientas o no lo puedas saber;
la vida da muchas vueltas y este no es el final del carrusel.



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